domingo, 15 de abril de 2012

El funcionamiento del sistema hormonal.

Las hormonas actúan en pequeñas cantidades, y una vez realizada su función se eliminan. El exceso o el defecto en la cantidad de hormona presente en la sangre puede provocar determinadas enfermedades.
Debido a esto, las glándulas endocrinas no segregan hormonas constantemente. Existe un mecanismo que interrumpe su producción. Normalmente es la propia cantidad de hormona en sangre o la actuación de dicha hormona la que se interrumpe si liberación.
Este mecanismo de regulación se denomina retroalimentación negativa o feedback. Está controlado por el sistema nervioso central a través del hipotálamo y la hipófisis, y permite mantener unos niveles adecuados de hormona en sangre mientras dura el estímulo que ha provocado la secreción.
Dicho mecanismo es similar a lo que sucede con el funcionamiento el termostato de un sitema de calefación: si la temperatura de la habitación es alta, el termostato deconecta la calefacción; mientras que si la temperatura de la habitación es baja, el termostato enciende la calefacción.
Así, cuando una glándula recibe un estímulo, generalmente químico o nervioso, empieza a producir hormonas. A medida que aumenta la cantidad de dicha hormona. Mediante este mecanismo se consigue que los niveles de hormona en el organismo se mantengan prácticamente constantes cuando son necesarios.

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